Las mujeres han estado presentes en el Congreso estadounidense desde hace más de un siglo. De hecho, la primera mujer congresista fue la republicana Jeannette Rankin (Montana) en el año 1916. Sin embargo, ha sido en estas últimas décadas cuando la presencia de la mujer se ha hecho notar en un número significativo. Casi dos tercios de todas las mujeres elegidas al Congreso desde la época de Rankin lo han sido desde el año 1992, y casi la mitad de ellas desde 1998. Cuando se inauguró el 116º Congreso el 3 de enero de 2019, las mujeres constituían casi un cuarto del mismo, el porcentaje más alto de toda la historia de la nación. A su vez, el actual Congreso cuenta con el número más alto de hispanos en su historia. La Cámara de Representantes dispone de 42 miembros latinos entre sus filas, de los que 28 son hombres y 14 mujeres, mientras que en el Senado hay cuatro senadores hispanos, tres hombres y una mujer. En el presente artículo analizaremos la creciente presencia de representantes hispanos en el 116º Congreso, indicando sus cargos y funciones más relevantes, y nos centraremos de una forma más específica en la relevancia de las representantes latinas que están sirviendo en ambas Cámaras del Congreso estadounidense.
INSTITUTO FRANKLIN - UAH