El presente artículo apunta a un breve análisis de algunas tendencias recientes en los flujos migratorios desde España que se hallan vinculadas en gran escala a la aguda crisis económica que estalló en 2008 y provocó profundas consecuencias sociales, principalmente altas tasas del desempleo tanto general, como juvenil. Un resultado más evidente de esta destrucción del mercado laboral español es la emigración de jóvenes formados hacia otros países de Europa. Al mismo tiempo los recortes presupuestales como medida anticrisis aumentaron las dificultades financieras del sector público universitario y sirvieron como empujón para el éxodo del personal académico hacia países europeos vecinos y a otras regiones, principalmente hacia Latinoamérica y los EE.UU. Para España que durante décadas fue receptora de inmigración extranjera, esta pérdida de mano de obra cualificada es un fenómeno nuevo y preocupante porque podría obstaculizar la transición al modelo económico post-crisis.
INSTITUTO FRANKLIN - UAH