Este ensayo de la crítica alemana aporta una visión testimonial de la frontera en dos sectores específicos: las ciudades de Tecate y Tijuana; la primera mediana de unos 100,000 habitantes y la segunda enorme de más de 1.25 millones. En parte, ilustra cómo la frontera funciona en forma de una “herida”, concepto que Gloria Anzaldúa ha propagado en muchas de sus obras teóricas. A la vez sirve para darnos una perspectiva de la frontera con muchas de sus cualidades híbridas, contradictorias e incluso inesperadas. Las múltiples autoreflexiones de la autora/testigo sirven para encaminar a cualquiera que no conoce tal mundo por dentro, topándose con sus rarezas como sus virtudes redentorias.
INSTITUTO FRANKLIN - UAH