La información deliberadamente falsa, inexacta o engañosa distribuida con el objetivo de manipular a la opinión pública y obtener un rédito electoral constituye una amenaza de calibre para nuestras democracias. La ciudadanía muestra su preocupación por este tipo de contenidos que perjudican nuestras sociedades y a las personas en todos los aspectos de sus vidas. Ya en 2018, el eurobarómetro de la Unión Europea certificaba que un 82% de los ciudadanos opinaba que la desinformación es un problema para España y un 83% la consideraba una amenaza para la democracia. Esta inquietud social por la información falsa se ha mantenido durante la pandemia y sigue en nuestros días. Según el Digital News Report de 2021 (Vara, 2021), un 67% de los españoles está preocupado por la desinformación. Una cifra que se situaba entonces nueve puntos por encima de la media de los 46 países analizados en el estudio, en el que la preocupación por la desinformación se sitúa en el 58%.
INSTITUTO FRANKLIN - UAH