Número 25
Escenario Internacional
El jueves 12 de octubre saltaba la noticia de que Estados Unidos abandonaba la Unesco. Washington, donde la ONU y sus retoños no son excesivamente populares, parecía estar irritado por los agravios a Israel de la Organización onusiana de la Cultura con sede en París. No es la primera vez que el país más poderoso de la tierra, ya lo hizo con Reagan, da esa espantada en un organismo con nobles fines, varios logros, pero un tanto disperso y no en su mejor momento. Estados Unidos, que debe 500 millones de dólares al organismo, permanecerá como observador.
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