La manera de entender el desarrollo del individuo dentro de una sociedad condiciona la forma en la que ese estado enfoca aspectos tan importantes en la vida como pueden ser la educación y la salud. A lo largo de estos últimos años he tenido la oportunidad de colaborar con el Instituto Franklin-UAH a través de sus programas de intercambio. Este programa en colaboración con la Universidad de Alcalá y el Hospital Príncipe de Asturias donde me encontraba desarrollando mi labor asistencial como médico me ha permitido conocer a Sabrina, Ema, Spencer y Otto. Todos ellos estudiantes universitarios estadounidenses de materias relacionadas con las ciencias de la salud. Gracias a ellos, sus relatos y vivencias he podido conocer de primera mano las significativas diferencias que existen en el modelo educativo universitario español y estadounidense. En este artículo pretendo comparar una manera tan diametralmente opuesta de entender estos conceptos en países con una sociedad que tiene un concepto de sanidad distinto como es la estadounidense y la española.